3/10/08

Rosinegri

Pensar que no existe medicina, ni candados
cuando queremos olvidar el ayer marchito
Huyo de todos y de mí.
No puedo dar amor...
No sé...
No quiero.
Cobardía que mata las ganas
y oprime corazones,
luego está el orgullo para implorar perdón.
Ahora que la tristeza me abraza
en la soledad indescriptible
escondo mis penas en los nostálgicos versos
de caminar ya sin ti...

Lágrimas de ambos lados en las sendas
de nuestras miradas ausentes.
Silencio complice de la fría soledad
se confunde con la lluvia otoñal.
Sabes que por ti respiré profundo
que vibré en tus brazos y en tu lecho.
Más hoy duermo sin el anhelo
y sin la esperanza de tu regreso.

Avanzada la noche misteriosa,
cuando por fin creo conciliar el sueño
duermo sólo para seguir pensando en ti.
En esas lágrimas que ausentes no me dejan
sino hablar en un silencio inexpresivo.

El milagro ya no existirá,
menos sabiendo que me quedé del lado oscuro
de tu peregrinación si tender ni manos
y mucho menos tu mirada.
No obstante, me deleito de estar sin ti,
llorando en silencio esta ausencia esperada.

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